Los defectos congénitos, anomalías congénitas o malformaciones surgen como consecuencia de factores hereditarios o afecciones adquiridas durante la gestación hasta el mismo momento del nacimiento. Una afección congénita puede manifestarse y ser reconocida inmediatamente después del nacimiento, o bien ser descubierta más tarde, en cualquier periodo de la vida del asegurado.
Los seguros de salud pueden cubrir dichos defectos congénitos, siempre y cuando se cumplan unos requisitos, los cuales suelen ser los siguientes, aunque no en su totalidad (dependiendo de la compañía/producto):
PLAZO PARA INCLUSIÓN RECIÉN NACIDO EN PÓLIZA
Una vez producido el nacimiento cada producto impone un plazo para poder incluir al recién nacido en póliza como asegurado adicional sin necesidad de cumplimentar cuestionario de salud, únicamente mediante solicitud de adhesión.
Suele oscilar entre 10 y 30 días naturales, a partir de los cuales si no se ha incluido, el proceso cambia y sí que se aplican carencias y preexistencias (exclusión defectos congénitos), debiendo de cumplimentar cuestionario de salud. Este requisito lo aplican todas las compañías.
MADRE ASEGURADA UN TIEMPO MÍNIMO
Este requisito no lo exigen todas las compañías, pero aunque no se exija expresamente, se entiende que el tiempo como mínimo es la carencia aplicada al parto, por sentido común.
La gran mayoría exigen que sea la madre quien este un mínimo de tiempo ya asegurada en póliza, y otros productos, dan la opción que sea la madre o el padre, les es indiferente.
DAR A LUZ EN UN CENTRO CONCERTADO DE LA COMPAÑÍA
Este es el requisito más importante a tener en cuenta. Pues en el caso de dar a luz en un hospital público, no se estaría cumpliendo con este requisito y los defectos congénitos del recién nacido estarían excluidos por el seguro de salud.
Puedes consultar la comparativa que hemos creado sobre los requisitos para cubrir los defectos congénitos en recién nacidos en el seguro de salud.
Te recomendamos lo analices bien en tu seguro de salud antes de dar a luz, para evitar sorpresas desagradables.